Y mi mirada se perdía en aquéllos paisajes compartidos, al tiempo que la velocidad me apartaba de ellos...
El dolor oprimía mi pecho y helaba mis sentidos, no comprendía el absurdo de mi existencia...
Y mis lágrimas no se resistían a ser derramadas. Brotaban hasta nublar el horizonte perdido y lejano, lejano como aquellos días en que juntos surcábamos cantando y bailando, aquéllas mismas rutas heladas ahora por un pasado que, de tan cercano, se empecinaba en ser simplemente presente...
"Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción; yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse... Nunca perseguí la gloria.
Caminante son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino se hace camino al andar.
Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar...
Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar Caminante no hay camino, se hace camino al andar...
Golpe a golpe, verso a verso... Murió el poeta lejos del hogar le cubre el polvo de un país vecino. Al alejarse, le vieron llorar. "Caminante, no hay camino, se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso... Cuando el jilguero no puede cantar cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar. Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
AUNQUE NO HAYA EDAD PARA UNAS SENCILLAS PALABRAS DE AMOR"...
"Él me quiso tanto... Yo aún sigo enamorada. Juntos atravesamos una puerta cerrada. Él, cómo os diría... era toda mi ocupación, cuando en la lumbre ardían sólo palabras de amor... Palabras de amor sencillas y tiernas que echamos al vuelo por primera vez, apenas tuvimos tiempo de aprenderlas, recién despertábamos de la niñez. Nos bastaban esas tres frases hechas que entonaba un trasnochado galán, de historias de amor, sueños de poetas, a los quince años no se saben más... Ella, dónde andará, tal vez aún me recuerda. Un día se marchó y jamás volví a verla. Pero, cuando oscurece, lejos, se escucha una canción, vieja música que acuna, viejas palabras de amor... Palabras de amor sencillas y tiernas que echamos al vuelo por primera vez, apenas tuvimos tiempo de aprenderlas, recién despertábamos de la niñez. Nos bastaban esas tres frases hechas que entonaba un trasnochado galán, de historias de amor, sueños de poetas, a los quince años no se saben más... A los quince años no se saben más..."