Inicialmente copio y pego de un artículo aparecido en prensa
Adiós a un mito de Hollywood
Los ojos del cine ya no son azules
El cáncer vence a Paul Newman, uno de los grandes monstruos de la interpretación
BARBARA CELIS - Nueva York - 28/09/2008
Se apagó el azul. La mirada transparente de Paul Newman se rindió el viernes al embiste de un cáncer de pulmón que cerró para siempre los ojos más alabados de Hollywood. Películas como El buscavidas, Marcado por el odio o El juez de la horca están impregnadas del talento de este actor incorruptible al que la fama no consiguió transformar en carne de revista rosa. Tan célebre por su trabajo como por su activismo político, su generosidad filantrópica y su pasión por la velocidad (era piloto de automovilismo), Newman falleció en su granja de Westport (Connecticut) a los 83 años. Con cerca de un centenar de títulos a sus espaldas, un Oscar al mejor actor, otro honorífico, un premio de la Academia por su labor humanitaria y nueve candidaturas, sabía que la muerte le acechaba y el pasado agosto optó por abandonar el hospital y los tratamientos médicos para disfrutar en la intimidad de sus últimos días.
"Su arte era la actuación. Su pasión, las carreras. Su amor, su familia y amigos. Y su corazón y su alma los dedicó a contribuir a que el mundo fuera un lugar mejor para todos". Éstas eran las palabras con las que ayer anunciaba su muerte la Newman's Own Foundation, creada con el dinero de su multimillonario negocio de condimentos para ensalada. Lo creó en los años ochenta jugando entre pucheros -amaba la cocina-, y de manera altruista nunca lo explotó para sí, repartiendo con fines benéficos más de 150 millones de euros.
Mi muy admirado Paul Newman:
Estas líneas son mi pequeño homenaje a su último y gran viaje que como buen amante de la velocidad se ha producido gobernando el timón de su bólido para llegar a la meta de la forma y manera elegida tan dignamente por Vd., sin ayudas, sin subterfugios, sin dejarse manipular por las manos de la ciencia, consciente de que su fin era inevitable y eligiendo su lecho y su almohada como pole position para su última carrera, aquélla a la que todos nos dirigimos ineludiblemente por el tortuoso camino de la vida.
La frase que hoy posteo, tu frase Paul, no me era desconocida, ya en su momento me pareció ingeniosa a la vez que divertida, y pensé que denotaba un gran paladar de gourmet y tu afición por lo auténtico, lo genuino. Me enamoré de ti por tu fuerza interpretativa en La Gata... pero mi verdadero amor, confieso con rubor, se produjo en papeles en los que tu rostro ya había adquirido la belleza de la madurez que al igual que un buen vino va mejorando con el paso de los años, con cada surco que las vides de tu cara iban transformando en esas arrugas que tanto decían de tus vivencias.
En estas líneas quiero constatar toda mi admiración a ese mi actor favorito, por lo magistral de su interpretación, pero sobre todo por la demostración de su saber vivir y morir como un valiente. Un beso de película, guapo!!!!
lunes, 29 de septiembre de 2008
miércoles, 10 de septiembre de 2008
"Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad" Pablo Neruda
Pablo Neruda
Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda (nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, VII Región del Maule, Chile; murió el 23 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile) fue un poeta chileno, Senador de la República, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile y embajador de Chile en Francia, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971. Es uno de los poetas más editados e influyentes del siglo XX en todo el mundo, «el más leído desde Shakespeare», según el crítico y biógrafo Alastair Reid.
Sr Neruda, Don Pablo:
Entre su prolífica obra, que no en vano ha sido Vd. el más leído desde mi admirado Shakespeare, gratamente he descubierto que también ha pronunciado, como no!, frases cuyo contenido me hacen reflexionar y ésta en concreto que formó parte de su discurso en la entrega del tal bien merecido Premio Nobel de Literatura, dispone de un mensaje subliminal que únicamente con mis ojos de mujer madura me inspira la calma y el dejar que la propia vida fluya por si misma, piano piano, a veces pianísimo, sin intentar gobernar todas las situaciones cual tablero de ajedrez en el que todas las fichas de nuestra existencia estén estratégicamente posicionadas para lograr nuestros anhelados objetivos con una inmediatez que no depende únicamente de nosotros. Los dos epitetos con los que adjetiva los dos sustantivos de cada frase: ardiente (paciencia) y espléndida (felicidad) enfatizan, aún más si cabe, este pensarenbozhalta que me permito plasmar en estas líneas en que la santa paciencia nos es tan necesaria para poder sobrellevar el día a día de nuestra vida, por otro lado tan efímera...
Una licencia más, un copiar y pegar de un poema muy hermoso suyo, Don Pablo, aunque opino que poco conocido:
QUIEN MUERE?
Muere lentamente quien se transforma
en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca, no arriesga vestir
un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa
cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días
quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto
antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto
que desconoce o no respondiendo
cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda (nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, VII Región del Maule, Chile; murió el 23 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile) fue un poeta chileno, Senador de la República, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Chile y embajador de Chile en Francia, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971. Es uno de los poetas más editados e influyentes del siglo XX en todo el mundo, «el más leído desde Shakespeare», según el crítico y biógrafo Alastair Reid.
Sr Neruda, Don Pablo:
Entre su prolífica obra, que no en vano ha sido Vd. el más leído desde mi admirado Shakespeare, gratamente he descubierto que también ha pronunciado, como no!, frases cuyo contenido me hacen reflexionar y ésta en concreto que formó parte de su discurso en la entrega del tal bien merecido Premio Nobel de Literatura, dispone de un mensaje subliminal que únicamente con mis ojos de mujer madura me inspira la calma y el dejar que la propia vida fluya por si misma, piano piano, a veces pianísimo, sin intentar gobernar todas las situaciones cual tablero de ajedrez en el que todas las fichas de nuestra existencia estén estratégicamente posicionadas para lograr nuestros anhelados objetivos con una inmediatez que no depende únicamente de nosotros. Los dos epitetos con los que adjetiva los dos sustantivos de cada frase: ardiente (paciencia) y espléndida (felicidad) enfatizan, aún más si cabe, este pensarenbozhalta que me permito plasmar en estas líneas en que la santa paciencia nos es tan necesaria para poder sobrellevar el día a día de nuestra vida, por otro lado tan efímera...
Una licencia más, un copiar y pegar de un poema muy hermoso suyo, Don Pablo, aunque opino que poco conocido:
QUIEN MUERE?
Muere lentamente quien se transforma
en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca, no arriesga vestir
un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
Muere lentamente quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa
cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días
quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto
antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto
que desconoce o no respondiendo
cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo
exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
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