Elytis, Odiseas
Heraklion, isla de Creta (1911) – Grecia (1996). Premio Nobel de Literatura 1979. Reconocido como uno de los mayores poetas griegos de todos los tiempos, Elytis recibió entre otras distinciones, el Premio Nacional de Poesía de su país en 1960 y el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Tesalónica en el mismo año. Adelantó estudios de Derecho en Atenas y sintiéndose desde muy joven atraído por autores franceses, tradujo al griego a poetas como Lautrémont y Eluard. Publicó sus primeros poemas en 1935, en la revista Nuevas Cartas, y en ese mismo año participó en la Internacional del Surrealismo, organizada en Atenas. Entre 1948 y 1952 recorrió Francia, donde se puso en contacto con Char, Bretón, Picasso y Matisse, quienes posteriormente fueron sus grandes amigos. Su obra comprende: Orientaciones (1936); La Clepsidra de lo desconocido (1937); Sol primero (1943); Canto heroico y fúnebre para el subteniente caído en Albania (1945); Axion esti (1959).
Señor Elytis:
Desde siempre jamás, éste su poema ha sido para mi, el favorito entre todos los que he tenido la ocasión de leer...
Tal vez por esa repetitiva cadencia de la que adolecen mis expresiones orales y que, gracias a ellas, un amigo muy próximo me remitió a su lectura.
Es majestuoso, desgarrador en su metafórica descripción del amor sin fronteras, con total entrega del espíritu al otro, que ya forma parte de tu propia carne y haciéndolo así inmortal y sempiterno...
Oye, me oyes... Elytis
El monograma.
Es temprano todavía en este mundo, me oyes
No han sido domesticados los monstruos, me oyes
Mi sangre perdida y el aguzado, me oyes
Puñal
Que corre como carnero por los cielos
Y quiebra las ramas de las estrellas, me oyes
Soy yo, me oyes
Te amo, me oyes
Te tengo y te llevo y te visto
Con el blanco traje nupcial de Ofelia, me oyes
Dónde me dejas, adónde vas y quién, me oyes
Te toma de la mano por encima de los diluvios
Enormes lianas y lava de volcanes
Llegará el día, me oyes
En que nos entierren y miles de años después, me oyes
Nos convertirán en rocas brillantes, me oyes
Para que sobre ellas luzca la crueldad, me oyes
Humana
Y en cinco mil añicos nos arrojará, me oyes
A las aguas uno-a-uno, me oyes
Mis amargos guijarros cuento, me oyes
Y es el tiempo una gran iglesia, me oyes
Donde a veces en las imágenes, me oyes
De los santos
Surgen lágrimas verdaderas, me oyes
Y las campanas abren en lo alto, me oyes
Un hondo pasaje que permita mi paso
Aguardan los ángeles con cirios y fúnebres salmos
No voy a ninguna parte, me oyes
O ninguno o los dos juntos, me oyes
Esta flor de la tormenta y, me oyes
Del amor
De una vez para siempre la cortamos, me oyes
Y no habrá de florecer de otra manera, me oyes
En otra tierra, en otra estrella, me oyes
No existe el suelo, no existe el mismo aire, me oyes
Que tocábamos, me oyes.
Y ningún jardinero tuvo la dicha en otros tiempos
Después de tanto invierno y tantos vientos fríos,me oyes
Que nazca una flor, sólo nosotros, me oyes
Levantamos toda una isla, me oyes
Con grutas y cabos y acantilados florecidos
Oye, oye
Quién habla a las aguas y quién llora - ¿oyes?
Quién busca al otro, quién grita - ¿oyes?
Soy yo que grito, soy yo que lloro, me oyes
Te amo, te amo, me oyes.
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