domingo, 19 de diciembre de 2010

LLORÉ Y MIS LÁGRIMAS CAYERON AL MAR, CUANDO LAS ENCUENTRES TE DEJARÉ DE AMAR, Anónimo






Y mi mirada se perdía en aquéllos paisajes compartidos,
al tiempo que la velocidad me apartaba de ellos...

El dolor oprimía mi pecho y helaba mis sentidos,
no comprendía el absurdo de mi existencia...

Y mis lágrimas no se resistían a ser derramadas.
Brotaban hasta nublar el horizonte perdido y lejano,
lejano como aquellos días en que juntos surcábamos
cantando y bailando, aquéllas mismas rutas
heladas ahora por un pasado que, de tan cercano,
se empecinaba en ser simplemente presente...



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