Yo no tenía este rostro de hoy,
tan calmo, tan triste, tan delgado,
ni estos ojos tan vacíos,
ni este labio amargo.
Yo no tenía estas manos sin fuerza,
tan detenidas y frías y muertas;
yo no tenía este corazón
que ni se muestra.
Yo no advertí este cambio,
tan simple, tan cierto, tan fácil:
¿En qué espejo se perdió
mi imagen?
Cecilia:
Me he quedado sin palabras encontrado este poema tuyo ya que es como si yo misma lo hubiera escrito, palabra a palabra, coma a coma, cadencia a cadencia .... ¿tendremos que romper los espejos para volver a vivir, o simplemente mirar y mirar nuestra imagen para dejarnos morir y descansar al fin?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario